lunes, 16 de abril de 2007


Veo a mi alrededor, la oscuridad es mi única compañía, desde hace algún tiempo es de esta forma, me estoy adecuando a ella, acostumbrándome, mi vista se agudiza en la noche, como si la penumbra fuera mi hábitat natural. La vida suele ser así, caprichosa, complicada, es un misterio por que hay quienes suelen obtener todo con tan poco esfuerzo, sin lágrimas de por medio, en cambió se empecina con otros, como yo, que he formado un valle nuevo, rodeado por las montañas que crean las barreras de mis miedos y bañados por los ríos de lágrimas que una vez lloré por ti.

Llevo una vida entera luchando con dragones fantásticos, cultivando flores en el desierto, creando sociedades con ermitaños, sonriéndole a lo adverso y compartiendo hasta la vanidad. He aprendido de cada caída, sin dejar de sufrir con ellas, me he levantado una y otra vez, más de una vez, sólo para volver a caer. Me he quemado, me he herido, he recibido más de algún desaire, más de una derrota, mis ojos saben de dolor, saben de melancolías, aprendieron a brillar con las cosas "insignificantes" de la vida, que en realidad son las que la glorifican y magnifican.

Hoy nace una nueva era, donde el sol comienza a aparecer, me cuesta un poco ver; el brillo, la luz, el resplandor, son cosas a las que no me he acostumbrado, cierro los ojos, inhalo, ya vez, he aprendido a cultivar la más preciada de las flores, la paciencia, y hoy ella me trae la luz, que en mi falta de costumbre me llega a incomodar. Abro los ojos, no voy a negar, es bueno poder ver el brillo de la vida, saber que hay más de un camino, que no es necesario vivir en la penumbra andando por los senderos más complicados, en la ignorancia de que existen aquellos de mejor acceso, y aunque mi naturaleza me guíe por el incorrecto, puedo ver que siempre se puede enmendar la dirección.

Hoy soy una mujer fortificada por mi pasado, ilusionada con mi futuro. La vida me tiende su mano, esta vez de forma dulce y amistosa, no la rechazaré, la abrazaré, la viviré. He aprendido mucho en mi andar, me he formado y hoy sé quién soy. Tú me tuviste en tus manos, me ignoraste, me usaste y me botaste. Sé que he sufrido por ti, pero ya no es así, sabes que soy más fuerte que tú, no exteriormente pero interiormente, que es lo que vale, sé que no lo mereces pero podrías contar conmigo, aún ahora, después de todo, aunque poniendo la vida en perspectiva y por el cariño que aún te tengo, mejor no lo hagas, que si está en mis manos ayudarte, lo haré, pero sólo puede hacerte sufrir a ti, ya no a mí, porque cuando frente a frente nos miremos y no veas en mis ojos el reflejo de tu imagen magnificada, como acostumbrabas a ver, se dañará tu ego, tu ego que te ocupa entero.


Hoy comienza una nueva vida, mejor para mí, quien sabe como sea para ti, yo no, espero que buena, pero ya ves, no es mi problema.

3 comentarios:

Unknown dijo...

:(:(
pucha io...
q triste lo q escribiste...
):):

Magdalena dijo...

No es triste... es triste el pasado, pero el presente es optimista, y no dudo que el futuro será brillante. Además el pasado no es triste tampoco, porque te fortaleció, y te marcó, y sin duda te aportó. Te hizo ser lo que eres y lo que serás, y no puedo considerar que lo que eres y serás seal algo triste.

Besos, amiga! te quiero mucho!

Andres dijo...

Avanzar siempre es bueno... aunque cueste.

Me queda claro que el mundo es un poco más a colores gracias a que tú estás acá...

Besos.